San Juan Evangelista

Juan de Angés El Viejo

C. 1540.
30 cms. de altura.
Madera en blanco.
1504 / 1578

Estudios
1. Estudio de JM Parrado del Olmo


 
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Descripcion

 
Sin duda se trata de una imagen de un San Juan Evangelista perteneciente a un Calvario. Así lo indica la posición de la figura con el rostro girado hacia su lado derecho y la cabeza ligeramente levantada, mirando hacia el desaparecido crucifijo. Como es habitual en los calvarios de la iconografía cristiana, San Juan se sitúa en el lado derecho (lado de la Epístola), mientras que la Virgen se coloca en el lado izquierdo (lado del Evangelio).

En rigor es un relieve, puesto que la parte posterior es plana, mostrando la superficie de la tabla en la que está tallado. Este hecho, y la escasa altura de la obra nos permite suponer que el Calvario original estaría dentro de una pequeña caja, como es habitual en los retablos devocionales que existieron en sacristías, oratorios privados y viviendas del siglo XVI.

Pese a sus pequeñas dimensiones, el relieve tiene muy buena ejecución formal, lo que indica que no es una obra artesanal sino salida de la gubia de un buen escultor Sus características bien definidas permiten adscribirlo sin lugar a dudas al escultor Juan de Angés de la escuela leonesa del segundo cuarto del siglo XVI (1). En ese taller destacaron maestros franceses que llegarían a León a través del Camino de Santiago, como el citado Angés, el entallador Guillén Doncel y, sobre todo, Juan de Juní.

Todos colaboraron en algunas obras, en especial en la fachada y la sillería del coro de San Marcos de León (2), en donde la obra de estos maestros se solapa, por aparecer unas características comunes en las mismas. Ha sido Arantzazu Oricheta García quien en su estudio sobre esta sillería (La sillería coral del convento de San Marcos de León. León, 1997), ha intentado separar la actividad de Angés en esta sillería, advirtiendo que su estilo está muy influido por Juní, pero con una menor energía y dramatismo. Precisamente la adscripción a Angés del relieve de San Lucas de esta obra leonesa(3), nos permite relacionar el mismo en tipo de plegados y cabeza con este relieve de San Juan Evangelista aquí estudiado, como luego veremos.

Nuestro San Juan es una obra que tiene todas las características del manierismo de la escultura leonesa, que aunque adopte influjos italianos, tiene una base estilística francesa de origen borgoñona, frente al manierismo intelectualizado de corte italiano de Alonso Berruguete. Esto origina un concepto más naturalista del canon humano, con figuras de amplia masa, que es reforzada por los paños gruesos que envuelven las figuras en ritmos complejos.
 
En el San Juan tenemos claros estos componentes. En primer lugar, la postura forzada hasta lo inverosímil, como se advierte en el distorsionado entrecruzamiento de las piernas y el giro en otra dirección del cuerpo y cabeza. Los paños cobran vida propia, en especial en el manto que se enrosca al cuerpo con un ritmo frenético y dejando entrever la forma anatómica de la pierna adelantada. Pese a la pequeña escala de la obra, se observa un apurado trabajo en la plasmación de las superficies de los paños, con sus plegados de ritmos cambiantes. Se observan claros paralelismos con las figuras de cuerpo entero de los respaldos altos de la sillería de San Marcos de León.

En la cabeza hay cierta idealización en el rostro, con un dramatismo contenido. Sin embargo, el patetismo queda reflejado en el tipo de melena de la figura, de cabellos con largos mechones ondulantes y agitados por el viento. Este tipo de melena aparece en el citado San Lucas de la sillería leonesa, y también en las figuras de San Miguel y San Roque de las puertas del claustro de la catedral de León, adscritas a Guillén Doncel en el ensamblaje y a Juan de Angés el Viejo en lo referente a la imaginería (4).

Hoy se sabe que la sillería se estaba empezando en torno a 1533 y se terminó en 1543, si bien el sitial prioral aún se pagaba en 1544. En cuanto a las puertas del claustro de la catedral, se fechan en 1538. Por lo tanto, la obra estudiada ha de ser datada en torno a estas fechas, dadas las similitudes analizadas, y se puede colocar como una fecha eje en torno a la cual se pudo hacer, la de 1540 aproximadamente.

J M Parrado del Olmo

San Juan Evangelista