Profeta Balaan o Nataan con el rey Balaac o David

Arnao de Bruselas

86 x 85,5 cms
Circa 1560
Relieve de madera policromada
Escuela Riojana siglo XVI español

Estudio
1. De J.M. Parrado del Olmo
2. Libro “Treasures of Spanish Renaissance Sculpture, The origin of Manner“
3. De Carlos Herrero starkie

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Descripcion

Apuntes en torno al recién descubierto relieve de Arnao de Bruselas
 
El relieve que nos ocupa supone una importante incorporación al catálogo de obras reconocidas como realizadas por el escultor Arnao de Bruselas, el escultor más importante de la primera mitad del siglo XVI que trabaja en Aragón, Navarra, y La Rioja. Una zona que, siguiendo a George Weise, sorprende por la riqueza y alto valor artístico de su patrimonio que compite en muchas ocasiones con el virtuosismo y expresividad de las mejores obras de un Berruguete, un Valmaseda, un Giralte o de Juan de Juní.
 
Nuestro relieve tallado sobre dos paneles de nogal en torno a 1557 y con una policromía típicamente riojana en excepcional estado de conservación realizada diez años más tarde por Francisco Fernández Vallejo, uno de sus más excelsos policromadores, supone un magnífico ejemplo del denominado Romanismo que dominará la segunda mitad del siglo XVI, representando al profeta Nataan increpando al rey David, aunque también podría tratarse del profeta Balaan lanzando una maldición a los israelitas en presencia del Rey Balaac.
 
Arnao de Bruselas se supone llega a España en los años 30, muy probablemente como casi todos los escultores del Norte de Europa a través de algún puerto del Cantábrico, quizás Portugalete, donde debió de tomar contacto con los talleres de los Beaugrant muy activos en esa zona. Debió relacionarse también con el taller de Andrés Araoz y, como muy bien apunta María Asunción Arrazola, participar en los relieves del banco de San Andrés de Éibar donde trabajaban los Araoz, dado que en los relieves de su banco, varios apóstoles, uno de ellos sin duda con rasgos muy relacionables con los dos personajes principales de nuestro relieve, tienen en la forma achatada de los cráneos, en los labios carnosos entreabiertos, en las barbas cortas, espesas y rizadas, en los pómulos y narices pronunciadas, los rasgos de Arnao de Bruselas y no los de Andrés Araoz, quien es, sin embargo, el que firma el contrato. De hecho esta reatribución a Arnao de Bruselas de obras consideradas históricamente por los expertos como de Andrés Araoz o de los Beaugrant, por ser ellos los titulares de los principales talleres de la zona Vasco Navarra y Alto Riojana, es una constante doctrinal de los últimos años en los que se ha profundizado en el Corpus de Arnao de Bruselas y la encontramos perfectamente identificada, por ejemplo, en el San Esteban del retablo de la Iglesia de Genevilla (Navarra), hoy unánimemente considerado como una obra Maestra de Arnao de Bruselas.
 
Desde el punto de vista documental, se sabe a ciencia cierta que colaboró a partir de 1537 como oficial en el retablo de Sto. Domingo de la Calzada, última obra de Damiant Forment, y que, junto a los Beaugrant, tuvo que terminar sus trabajos escultóricos en base a unos diseños que habría dejado Damiant Forment al morir en 1540. Así mismo debió conocer la obra de Alonso Berruguete, ya sea directamente o a través del pintor Andrés de Melgar, policromador de varias obras de Berruguete y autor de muchas de las policromías del retablo de Sto. Domingo de la Calzada. En todo caso, esa influencia, unida al poso que dejó en él Damiant Forment, supone la formación de un estilo manierista muy personal que desde 1545 caracterizará la obra de Arnao de Bruselas hasta la primera mitad de los años 50 y cuyos mejores ejemplos los encontramos en los relieves de las Iglesias de Sonsierra, La Población, Genevilla, todas ellas en la zona Navarra y Alto riojana y, ya con estilo más atemperado, pero igualmente manierista en 1552 en el retablo Sta. María del Palacio (Logroño) en cuya ejecución se tiene constancia documental que participa. A partir de 1557 su obra adquiere un sosiego y una templanza propios de romanismo imperante en esas fechas, seguramente por el conocimiento en Zaragoza de Gaspar Becerra, ahí presente a su vuelta de Italia en 1557, justo cuando Arnao contrata los retablos de Veruela (Zaragoza) y del lado Sur del Trascoro de la Catedral Metropolitana del Salvador de Zaragoza, donde culmina una de sus obras Maestras, muy en relación estilística con nuestro relieve.
 
Nuestro relieve tiene conexiones estilísticas muy cercanas al San Juan y al San Mateo del banco del retablo de San Juan Éibar, con el retablo de la capilla de San Fernando del Monasterio de Veruela (relieve de la muerte de San Luis) y, muy especialmente, con el San Vicente Mártir del trascoro de la Catedral Metropolitana de Zaragoza. El tratamiento suave y cadencioso de los pliegues de la túnica del profeta, su cabeza ancha con pómulos marcados, sus manos alargadas y elegantes, su ligero contraposto unido a la boca con labios carnosos y medio entreabierta, dejando ver ligeramente los dientes, y así mismo, en clara conexión con el San Vicente de la Seo, su inclinación de cabeza y posición de manos. Otras características de Arnao que percibimos en nuestro relieve son la forma tan particular de tratar los pies, grandes, alargados de talón plano y muchas veces con los dedos separados, las narices pronunciadas, los rasgos aguileños, la mirada saltona del rey y su acólitos, todos ellos de perfil, muy en la línea de los relieves de Arnao en el retablo de Algodoncillo (Presentación del niño al templo).
 
Por último habría que señalar la magnífica policromía que tiene todas las características para ser autógrafa de Francisco Fernández de Vallejo realizada en torno a 1567. Los exquisitos y preciosistas rameados, pájaros y frutas que se perciben en las cenefas de las túnicas, todos realizados al oleo a punta de pincel, dominando los volúmenes, la espléndida combinación de casi todos los colores, propios de la policromía riojana de la segunda mitad del siglo XVI que va dejando de lado las mascaradas, y hojarascas procedentes de la tradición romana, esgrafiados sinuosos y abigarrados, los estofados ampulosos con escenas naturalistas, con un juego de luces y sombras perfecto. Todo ello da al conjunto una carácter estimulante, que atrae al espectador en consonancia con los principios de la contrarreforma del Concilio de Trento donde se marcan directrices a los artistas policromadores, desaconsejando la representación de personajes mitológicos, templetes, figuras amorfas y fantasmagóricas, en pro de representaciones más cercanas al creyente, de las que la policromía riojana y muy en especial aquella de Francisco Fernández Vallejo puede considerarse como su máximo exponente. CHS
 

Profeta Balaan o Nataan con el rey Balaac o David